El Cascarrabias

En la vida civil no digo tacos, soy muy amable, mantengo la ética y el estilo hasta límites rayanos con la estupidez. Es el momento en que necesito desfogarme. Así, nace el gran cascarrabias. El gran cascarrabias o de como la vida moderna nos hace decir tonterias. Estas son las mias, dichas para mi mismo. Si te gustan, de acuerdo. Si no, pues tambien. Y si me insultas, tu más. Hago mia la frase de W.C. Fields: "Dicen que soy xenófobo. Se equivocan: odio por igual a todo el mundo"

miércoles, 20 de enero de 2010

Sento

No quería decir nada porque no tengo referencias directas, pero varios de vosotros me preguntáis por Sento, así que diré todo lo que se, que vereis es poco.

Mi contacto con él siempre fue a través de Alicia, y Alicia ha desaparecido. Por una compañera suya que casualmente un día encontré por el campus, se que está estudiando fuera de Valencia. No por iniciativa propia, empujada por sus padres. Creí que era un erasmus, pero parece ser que no, que está en España. Alicia, si lees esto, escribeme o llámame.

Sobre Sento lo que se es que su estado de salud se ha visto seriamente quebrantado pero su moral sigue en pie, luchando con poco éxito pero luchando sin rendirse hasta el último suspiro. No está en Valencia, está con uno de sus hijos, no se bien si en Castellón o Madrid. Me inclino a pensar que en Castellón, pero solo es una sospecha.

No creo que leas esto, Sento, pero si es así, me consta que Alicia te hizo llegar una tarjeta mía. Llámame o haz que me llamen, tengo una caja de libros para ti.

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domingo, 3 de enero de 2010

Hoy no es mi dia


Me voy a una tienda de discos y libros (¿se puede decir el nombre?... pues si, el FNAC, que se le va a hacer) a dejarme un dineral para que los Reyes Magos no pierdan su buen nombre y, claro, con las prisas, el frio, y que uno tiene una vejiga king size pero que tampoco es capaz de mantener el pantano de Vargas dentro todo el día, pues decide ir a hacer pis, pipí, mear, orinar o cambiar el agua al canario, como ustedes quieran. Y allá voy, lanzado por ese corredor de hamsters que conduce al mingitorio, cuando oigo unos inequívocos pasos de mujer detrás de mi. Como el WC de hombres está al fondo, no me extraña. Empiezo a mosquearme cuando sobrepaso el de mujeres y los pasos sigue, pero, bueno, lo peor que puede pasarme es que me violen, así que vamos a ver como acaba.

Entro y distraidamente me doy la vuelta para ver... morena, zapatos de tacón y cuando voy a decir algo... ¡coño! se baja la bragueta y se pone a mear de pie... ¿la cámara oculta?, no, no la ví. este o esta debía de vestir así hace poco y no había cambiado aun de baño. O es que busca un requiebro imposible pro mi parte. En fin.

Total, que me olvido de todo, y me voy que pa´luego es tarde a recoger a mi hijo, que tenía fiestuki y acababa a las cinco. Como llego con mucha antelación, decido ir a tomar café al bar de siempre, el Mali.

Con ese nombre, pensareis que es un antro lleno de vicios asiáticos, pero no, es un tugurio de jubilados lleno de humo y mugre, como buen bar español que se precie. Discreto, rápido y acogedor. Soportaría muy bien una tertulia de escritores. Pero esta tarde no, estaba cerrado.

Así pues, exploro los alrededores y veo una cafetería nueva, o que al menos yo no conocía. Entro y me sorprendo de lo vacía que está. Solo dos tipos con pinta de modernos en la barra. Local decorado muy "inn", con sillones, butacones, sofás y cosas así, no me hace sospechar más que me van a pegar una buena clavada por el café. Nihil Novum Sub Sole. Pido, me siento... y no puedo evitar oír como cantan poniendo voz femenina las canciones que salen de los altavoces... coñe... ¿no serán?... joder si lo son, cuando escupe el aparato a Gloria Gaynor y su I will survice, y casi caen en éxtasis, siento un escalofrío como el que debía tener el conductor del autobús del PSOE el día del orgullo gay. Entra gente y se confirma... es un lugar donde "entienden".

Nada dispuesto al "si no puedes con el enemigo, unete a él", pago y salgo escopetado, recojo al niño y me atrinchero en casa con la cómoda delante de la puerta y un tapón de lambrusco en el culo, por si las dudas.

Hay días en que el aceite de la calle puede provocar graves caídas.

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