El Cascarrabias

En la vida civil no digo tacos, soy muy amable, mantengo la ética y el estilo hasta límites rayanos con la estupidez. Es el momento en que necesito desfogarme. Así, nace el gran cascarrabias. El gran cascarrabias o de como la vida moderna nos hace decir tonterias. Estas son las mias, dichas para mi mismo. Si te gustan, de acuerdo. Si no, pues tambien. Y si me insultas, tu más. Hago mia la frase de W.C. Fields: "Dicen que soy xenófobo. Se equivocan: odio por igual a todo el mundo"

lunes, 21 de mayo de 2012

Huelga en la universidad




Que los políticos que tenemos en España no son una cosa del otro jueves, es algo que ya sabía. Ladrones, capullos, corruptos, indecentes y caraduras en una mezcla insuperable. O mejor, superable, porque con cada gobierno exclamo ¡no nos puede ir peor!. Y nos va.

El ministerio de mi ramo, el de la cultura (perdón, ahora kultura) se ha caracterizado por tener a los más infumables de cada casa, sea la casa que se agarra el cuerno (PSOE) o la que nos agarra la cartera a los demás (PP). Pero con la afortunadamente ya lejos de la poltrona Sinde, ministra con un activo más feo que sus dientes de conejo y sus orejas de soplillo (no es violencia de género, de hecho me contengo por tratarse de una mujer -eso dicen-, es mera descripción caricaturesca, señor juez), pensaba que ya, peor, imposible.

Y llega Wert, pepero de nombre impronunciable y calva implacable, que aprueba la ley Sinde, ahora Sinde-Wert, en su (des)honor, y tras decir que su impopularidad no se debe a esa ley, sino a los recortes en la educación (que también, pero cuando te sacan un ojo, no lo sueles olvidar, aunque luego te saquen el otro), se caga en todos nosotros con su diarrea mental.

Pero tío, tú estás mal informado o eres idiota, o juegas con las dos cartas al tiempo sobre el tapete español, o incluso eres malvado, lo que genera una terna imposible de aguantar. Tu, que cuentas como diez las universidades de California, que son casi dos centenares, tu, que eres gilipollas de todas las añadas, demostrado cuando manteniendo el mando de la educación de un país con uno de los más elevados grados de fracaso escolar, presumes de haber llorado cuando sacabas un notable. Bonita presentación. ¿Recomiendas las lágrimas? ¿No sería mejor empezar retirando esos libros de conocimiento del medio en Cataluña que dicen esa capullada de que el Ebro es un río que nace en tierras extrañas? ¿te dan miedo los separatistas? ¿hablas catalán en la intimidad, como Aznar, o ese es uno de los notables por los que llorabas?.

No sé, eso de llorar me suena un poco mariconesco dado el concepto, pero en fin, para gustos los colores y para los políticos los buitres. No se trata de afirmar que los hombres no lloran, pero ni hombres ni mujeres deben llorar por polladas. Menos si aspiras a ser ministro.

No hace falta que diga que entre los dominios de este ministro, figuran algunas instalaciones montadas provisionalmente para que Franco las inaugurase y que lentamente se han ido desmochando desde entonces, sin que la sacrosanta democracia metiera uno solo de los céntimos que los políticos esquilmaban, necesitados de fondos para sus lúbricos e indecentes placeres. Y también las escuelas donde antaño los niños se desasnaban y hoy se embrutecen, en una adecuada mezcla cultural donde aprenden lo peorcito de cada casa: la rumana, la china, la hispana, la magrebí y, claro, el recio chorizamen patrio. Que lo bueno no prende, pero como nos recuerda Plutarco en boca de Teseo, lo malo se pega como ventosas. Menos mal que la SGAE está contenta contigo, porque lo que son los demás...

El día 22 hay una huelga en la educación. Normalmente paso un huevo de las huelgas, porque los sindicatos pajilleros del sistema me la refanfinflan, al parecerme más corruptos incluso que los políticos. Pero coño... esta vez no.

No, porque si bien es cierto que haciendo huelga no se va a solucionar la educación, y que el día siguiente nos quedaremos igual, en este caso no hacerla me haría sentirme cómplice de estos cabronazos que se están cargando el futuro de mi patria. No puedo ser un palmero de Wert. No, porque quien sigue a un capullo, es capullo y medio. De momento, lo que está claro es su objetivo, no solo suyo, sino el de la casta política: perpetuarse. A más burros sean los futuros ciudadanos, menos verán sus deficiencias y más les votarán. Adios a una educación digna en todos los niveles, sobre todo en la universitaria. En la pública al menos, que ya sabemos de los negocios de la casta en las universidades privadas y de algunas subvenciones curiosas.

Así que como en mi juventud más radical, no solo haré huelga, sino que estaré en primera línea de pancarta, sabiendo que tan enemigos míos son los sindicalufos que acompañaré como el ministro. Pero ya llegará el momento de subirse al monte.

Huelga. Pues sí. Que les forren el escroto con un cactus a todos.




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