El Cascarrabias

En la vida civil no digo tacos, soy muy amable, mantengo la ética y el estilo hasta límites rayanos con la estupidez. Es el momento en que necesito desfogarme. Así, nace el gran cascarrabias. El gran cascarrabias o de como la vida moderna nos hace decir tonterias. Estas son las mias, dichas para mi mismo. Si te gustan, de acuerdo. Si no, pues tambien. Y si me insultas, tu más. Hago mia la frase de W.C. Fields: "Dicen que soy xenófobo. Se equivocan: odio por igual a todo el mundo"

jueves, 3 de diciembre de 2015

Dos marcas a olvidar



Dos marcas a olvidar


El año me deja una enseñanza. Siempre aprendemos algo, quien no aprende, está muerto. Pero esta vez me ha tocado las narices.

La enseñanza pasa por el poder de las marcas. Lo bueno que es reconocer a un producto o servicio por su marca. En éste caso para no acercarme más a ellas.

Empieza el show con AXA, una compañía de seguros que no busqué precisamente, sino que caí por la recomendación de mi correduría de seguros. Todo va bien hasta que hay que interactuar... y entonces las pifias se acumular.

En julio (si, julio), a las cinco de la mañana, un amable vecino que salía de madrugada para irse de vacaciones me empotra mi humilde utilitario con su coche.

Me dejó una nota, es un tipo amable. Y llamó a su compañía para avisar. Iluso de mi, pensaba que sería una gestión simple, a pesar de no haber parte amistoso.

Llevo el coche a mi mecánico de toda la vida. Pasa el perito. Lo ve. Le llama y le dice que ha aceptado el siniestro y el presupuesto. Mi mecánico lo repara.

Pero luego, se llama a andana y dice que no, que ese golpe no viene de lo descrito. Sin tener en cuenta altura del coche que golpea ni que me atiza saliendo marcha atrás de la rampa de su garaje, con la bola del remolque.

Le pido que lo revise. Lo revisa (sin ir, sin tener en cuenta nada más que su primera observación) y se mantiene. Mientras tanto, la compañía de mi vecino PAGA el siniestro a AXA (eso, en términos legales, tiene un nombre muy feo).

Peleando con eso ando, pues se siguen llamando a andana. Mi abogado tiene instrucciones para actuar. Con lo que salga, sea lo que sea, tengo claro que abandono la compañía. La abandono yo, mis familiares directos y todos a los que convenza.

La actitud el perito es infame. Obviamente responde a dictados de la compañía. Pero incumple todo marco deontológico posible. Lo se porque yo también soy perito. Pero de los de verdad, de los que cantan en el tribunal superior, en los de instrucción, de lo penal... y es una actuación mala de libro.

El caso en general canta tanto que al menos me servirá para usarlo en mis clases como contraejemplo. Y si de paso alguien se replantea con que compañía está, pues mejor.

Y es que la actitud de la compañía, cobrando y embolsándose la pasta (tengo pruebas de ello, obvio, no me juego una acusación por delito de calumnia, que yo si que me muevo por terreno firme, no como ellos) tampoco es de recibo. Bueno, de recibo si, el que cobran para no actuar luego.



La otra marca es SPC. ¿Quereis una tableta? Vale, pero no de esa marca.

Compré una por su bajo precio, pues solo la necesitaba para que me acompañara en los laboratorios para revisar la plataforma educativa de mi universidad y una hoja de cálculo, no necesitaba mucho más.

Al mes de tenerla, una mañana al cogerla vi que tenía el cristal roto. Sin golpe alguno por mi parte. Si, había cambiado la temperatura. Y me recordaba mi pasado como vendedor de electrodomésticos y algún mueble, para pagarme la carrera, y como algún cristal mal templado amanecía igual.

La envío a ¡Alava! para decirme que NO entra en la garantía y que la reparación cuesta 66 napos.

Una marca más que no vuelvo a comprar... y de la que me ocuparé que se minimicen sus compras en mi ámbito de decisión. Ni para las pequeñas empresas que requieran de consejo, ni dentro del ámbito universitario. Son los costes de una mala gestión de la relación con el cliente.

A ver si el año que viene no tropiezo con más situaciones así, que esto parece ya Sierra Morena.

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