La profesora lamebotas

Siempre ha habido marionetas del poder. Con Franco, la memoria popular recuerda una universidad enfrentada, con profesores augustos en la cárcel. Y una mierda, queridos, os creéis todo lo que os cuentan. Muchos de los que se colocaron la medalla del 68 y que incluso antes fueron a la cárcel, tienen escritos completos laudatorios, de Franco, de José Antonio e incluso en casos, del mismísimo tío Adolfito Hitler. Simplemente se olisquearon, con ese olfato de perdigueros del chaqueterismo, el cambio. Y tuvieron un error de cálculo y pensaban que vendría antes. Pero si Franco hubiese sido de plexiglás, hubiéramos visto como hoy, algún viejo profesor y otra ralea escribiría laudatios al poder... sea el que sea el poder.

En una universidad de una ciudad muy mediterranea donde se hacen unas paellas deliciosas, y mira que no quiero señalar, existe una catedrática que se ha hecho un nombrecillo en su área, que también por no señalar era un área donde antaño primaba Aristóteles, mayormente plagiando y mal traduciendo cuatro porquerías alemanas que aquí no había leido aun nadie. bueno, traduciendo uno de sus becarios, que tienen la fortuna en su caso de no ser de la modalidad Lewinsky (que ajco, ese conejo debe atufar).

Pues bien, esa poco agraciada moza sale ahora, dada su preeminente nombre con buen puesto de partida, a favor de esa manipulación curiosa que es la asignatura para la educación en la ciudadanía (¿que coño ciudadanía?. Si no quedan ciudadanos, todo lo más consumidores de El Corte Inglés). En realidad le está pasando la lengua por las botas a Zapatero. Esa, quiere ser decana. O rectora. ¿O se dirá rectriz?. Da igual... hace años que los rectores dejaron de ser magníficos para convertirse... en lo que son.

Si mañana hubiera o hubiese un golpe de estado, por parte de cuatro militares fanfarrones dispuestos a desempolvar pasos coreográficos pasados de moda, o por parte de alguien con dignos deseos de salvar a la patria, esta moza se desviviría escribiendo un tratado que les diese autoridad ética.

A la mierda.