Elecciones en el campus
Hay elecciones en mi universidad. No es la primera vez que vivo una campaña, pero si que en una de ellas me ilusiona un candidato.
Un candidato que definen como utópico, o, los duros, como comprador de votos, porque dice que dará un portátil a cada alumno. Hay que ser gilipollas para no ver más que la letra gorda en esto: una universidad tecnológica debe ser punta de lanza a la hora de acabar con al brecha digital, y no puede serlo si sus alumnos sigue pegados al ábaco. Con el gran número de alumnos que hay matriculados, el precio que se consigue hoy es ridículo, más para los presupuestos que maneja esta universidad y, así, además de dotar de una herramienta necesaria (el alumno sigue trabajando en su casa, y no todos los alumnos de una universidad pública tienen medios para conseguir su herramienta de trabajo), pueden descongestionarse laboratorios, generando a medio plazo un ahorro. Además, que puñetas, más se han gastado en los fastos del cuarenta aniversario y eso, si era fungible.
Debe ser cosa de dar la razón al refranero, y quees verdad que el ladrón cree que todos son de su condición: los mismos que le acusan de "dar regalos" (¡hay que joderse!) se dedican a regalar (a las bravas, porque yo lo valgo) cascos de bicicleta apostillando que montar en bicicleta es como hablar en valenciano (?). Debe ser efecto de ser un castellanoparlante feroz, pero no termino de ver la relación. Mejor: prefiero no entenderlo, no me lo expliquen.
Dejando de lado todas estas chorradas mi apuesta va por el candidato a suceder al rector actual... porque por primera vez veo en un candidato la ética que tanto he demandado.
Esto me recordaba una historia (ficticia, por supuesto, que nadie me tome el pie cambiado), que se desarrollaba en una universidad (ficticia, claro, no la mía), donde muchas obras se seccionaban para no tener que lanzarlas en oferta pública y, una vez convertidas en cantidades más reducidas, adjudicarlas (de forma ficticia, se entiende), a una empresa (lo adivinan, ficticia) que pertenece al hermano (por supuesto, ficticio) del vicerrector correspondiente.
En fin... como uno está harto de cuentos ficticios, ya imaginarán ustedes que esas cosas no pueden pasar no solo en la mía, sino en ninguna universidad española; y quiero ética y transparencia, apuesto por el candidato a Rector que puede, por fin, hacer que un rector de mi universidad vuelva a ser magnífico.
Mi voto, va por ese nada ficticio candidato.
Etiquetas: políticos, universidad
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio