Memoria histórica, toma I
Me piden que hable de estas cosas, y lo hago. Puede que muchos ya sepan lo que voy a contar, algunos lo ignoran conscientemente, y para otros será una sorpresa. Va por todos.
Como a mi me la suda que la gente se enfade por lo que publico, no tengo necesidad de justificarme, por lo que paso de perder el tiempo buscando referencias bibliográficas o similares. Para eso están las hemerotecas o los libros de historia. El que quiera saber, que busque.
Empezaremos con una pequeña batalla.
Eranse dos hermanos, Manolo y Carlos (creo que era Carlos, pero si no, disimulad). Dos hermanos que vivieron en una época histórica apasionante pero peligrosa: la guerra incivil, que segó tanta vida de hermanos.
Manolo fue detenido por el democrático frente popular y mandado a una cheka, en el remoto Badajoz pre-Yagüe. Manolo sabía que lo iban a apiolar, con suerte, de un balazo en el coco, y con mala, castrandolo antes y viendo como los aguerridos luchadores por la libertad se descojonaban de su agonía.
Pero tuvo una suerte: su hermano, junto con un grupo de legionarios de Yagüe, llegaron antes y le rescataron. Claro, los legias no iban pidiendo permiso, por favor, dejeme pasar mire usté, es que tengo que salvar unas vidas. Imagino que se abrian paso a tiro limpio, o a la bayoneta.
Manolo salvó la vida. Más tarde se hizo legionario, y fue corresponsal en el diario "Hoy". Manolo le debía la vida a Yagüe, y de retruque, a Franco, lo que siempre recordó.
Claro, que su hija Cristina, no parecía tener tan buena memoria. Manolo Almeida no parece que se la dejara en herencia.
Etiquetas: Mundo fané, políticos
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