De un abuelo y una nieta
He pasado mucho tiempo sin escribir, lo se. El trabajo se acumula y el ocio (este blog es un puro y puto desparrame de ocio) se merma. Como empiezo las vacaciones, aprovecho y al menos hago una entrada debida.
Tendría mucho que contar, como lo que me parece que un tipo que no sabía hacerle las fotocopias derechas a Balbás sea ahora ministro de Fomento, o la ¿ministra de cultura? que nos va a mandar a galeras a los que gastamos la mula. Pero como he dicho, voy a lo que voy.
Una alumna de mi universidad, Alicia, que descolla entre las demás, y no solo por su belleza, sino porque tiene la cabeza estupendamente amueblada, más para los años que tiene, me pidió un favor y no quiero fallarle.
Su abuelo, que tiene un blog (¡su abuelo de 90 años!. Repito: no-ven-ta años) se ha puesto malucho, sus hijos lo llevan a retortero por sus distintas ciudades (cada hijo vive en un punto distinto de España, parece ser) y el no puede continuar con el blog. Su nieta, Alicia, cumpliendo SUS deseos, informaba de su estado... hasta que sus padres se lo han prohibido.
Parece ser que sus padres, criados bajo una formación rigurosa, llena de referencias morales impecables, rechazan ahora la ideología del que se la dio. El abuelete tiene la mala suerte de ser falangista en un país donde eso parece ser pecado nefando, y no le perdona haber ido a pegar tiros a Rusia, por ejemplo. La generación siguiente trata de hacerse perdonar ese pecado para salir bien en la foto del PP y, por supuesto, el que a la nieta le hagan tilín las batallitas del abuelo y que esté leyendo a José Antonio por su consejo, les ponen las campanillas de corbata y le han prohibido taxativamente que ponga una sola línea más en el blog.
Pero... no le han prohibido que hable conmigo, así que parece ser que ha linkado este blog allí.
Pues bien, el parte es que
"Mi abuelo está mucho mejor, pero en Madrid. La pierna no termina de curar y no quieren dejarle volver hasta que no ven que puede valerse por si mismo. Porque lo que quiere mi abuelo es volver a su casa, el solo, sin nadie que le controle"
Hasta aquí, el recado.
Y ahora, mi reflexión.
No hablaré mal de los papas de Alicia. No porque no piense un buen lote de insultos, sino porque a ella la aprecio mucho. Así que hablaré de esos peperos y sociatas descendientes de familia azul que ahora no solo reniegan de sus antepasados, sino que se colocan enfrentados a ellos.
Mi reflexión, es muy breve. Elemental. Visceral. Fácil de entender. Rápida.
Me cago en la puta que os parió.
Etiquetas: Cuestiones de orden, gilipollas
2 comentarios:
Alicia, tu abuelo es un soplo de aire fresco en esta atmósfera podrida que es España. No quieren que su voz se oiga, no lo conseguiran, te has echado un buen guripa de enlace.
Alicia;espero que se reponga pronto tu abuelo , es un placer leerlo, suerte con tus padres ytio, por lo del blog.
Saludos
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