Los carnavales, las fallas y otras molestias urbanas

Los medios de descomunicación y pardillos varios van revolucionados por una sentencia donde un juez da la razón a un montón de vecinos cabreados porque les secuestran su sueño y su capacidad de pensar.

Y ahora, hay que aguantar cosas como que se diga que eso es prohibir por prohibir, que si son fascistas, que si patatin, que si patatan.

Y una leche. Lo que pasa es que son tipos cabreados porque ni ayuntamientos ni nadie por encima les hace puñetero caso, y ven como sus derechos, más allá de su opinión, son pisoteados no solo por borrachos, guiris y babosos, sino por las instituciones que deberian defenderles.

¡Vaya que si los entiendo!... con un casal fallero cerca de casa, esa colección de semovientes borrachos, hijos de puta en una manera rápida de definirlos, que molestan a ancianos, a niños, que destruyen mobiliario urbano, que hacen el vándalo gracias y pagados por el ayuntamiento... los tengo muy vistos.

Y encima se amparan en una tradición: señores, dos puntos: tambien en Brasil es una tradición el carnaval y se crearon los sambódromos para no dar por culo al resto de la población civil. Y por otra parte, si una tradición sirve para joder al personal, me importa una higa la tradición.

Tomen nota.