Baroja
He aprovechado el fin de semana para releer "El arbol de la ciencia". Dejé que pasara el centenario de Baroja para que no me embotara el oficialismo (¿alguien sabe porqué no se reeditó "Comunistas, judios y demás ralea"?. Ah, si, la memoria histórica. Resulta que Baroja fue un factotum de la democracia y esas cosas no existieron).
Me encuentro con un párrafo, parte de una conversación del joven protagonista, médico recien egresado Andres Hurtado, con su tio Iturroiz.
Simplemente lo copio aqui. Sirve para hoy.
(...)
—No; la verdad. A mí hay cosas de la carrera que me gustan; pero la práctica, no. Si pudiese entrar en un laboratorio de fisiología, creo que trabajaría con entusiasmo.
—¡En un laboratorio de fisiología! ¡Si los hubiera en España!
—¡Ah, claro!, si los hubiera.
Además no tengo preparación científica. Se estudia de mala manera.
—En mi tiempo pasaba lo mismo —dijo Iturrioz—. Los profesores no sirven más que para el embrutecimiento metódico de la juventud estudiosa. Es natural. El español todavía no sabe enseñar; es demasiado fanático, demasiado vago y casi siempre demasiado farsante. Los profesores no tienen más finalidad que cobrar su sueldo y luego pescar pensiones para pasar el verano.
—Además falta disciplina.
(...)
Etiquetas: universidad
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