Una semana
Que siete días, puñetas. Exceso de trabajo, amenazas de la superioridad (a algun superior tengo unas ganas de encontrarmelo en una noche oscura, que no veas), pagos que me desbordan (los pisos los manda el cielo, las hipotecas, el diablo), un nano que se niega en redondo a estudiar... sin tiempo para actualizar el blog, para participar en foros, para pasear, para tomar un respiro, ¡para leer!.
Yo lo que queria era, no ser matemático en el siglo de oro, como en la famosa anécdota, sino monje lector (con bula para saltarme la castidad, que uno de santo tiene poco, pero lo otro, creo que ni con bromuro).
Un consejo: esta semana he renovado mi libro del WC (leo un libro distinto en segun que sitio, y al WC suelo destinar aquellos que una premonición me avisa de que me van a agobiar, vamos, que me voy a cagar al leerlos) y creo que lo voy a sustituir para ascenderle de nivel. Tampoco lo haré capitán general, pero puede que lo nombre furriel. Se trata de "Desertores", de Pedro Corral (Ed. Debate). Es menos torticero de lo que cabia esperar y casi, casi, roza la objetividad y la ecuanimidad, algo muy raro cuando se trata de la guerra civil, donde abundan los panfletos y las hagiografías. A leer y a quitarse el pelo de la dehesa, pipiolos, que uno empieza no leyendo y acaba tan burro como ZP.
Un mensaje al autor: me debes pincho de tortilla y caña por el consejo.
Si quieres saber más, mira aquí, cotilla.
Etiquetas: gilipollas, universidad
entrada de El Cascarrabias @ 20:55
2 comentarios:
Le agradezco mucho, señor Cascarrabias, que me haya sacado de las letrinas para hacerme furriel. No he hecho la mili, pero imagino que es mejor puesto que el que me tenía reservado. Con todo, lo considero un mérito, no de mi libro, sino de los personajes olvidados que hablan a través de él. Muchos merecen un puesto elevado en la historia de la Guerra Civil, por haber sido maltratados sin cuento y sin que nadie se ocupara de ellos, por no casar con la historia épica con que los dos bandos adornaron propagandísticamente su versión de la contienda. Le tomo la palabra en cuanto a la caña y el pincho. Un saludo muy cordial, Pedro Corral
Es todo un honor tener al autor aqui. Si lo se en lugar del mini ascenso le nombro, como poco, capitán, lo que ya supone el ponerse encima de mi, mero cabo gastador de la legión.
Hace años que dedico todo el tiempo que tengo y el que no tengo en leer libros de historia, muy alejados de mi especialidad académica. Y tengo que decir que las referencias a la deserción son tremendamente escasas. De hecho, tan solo recuerdo un par de lineas y, eso si, muchos testimonios orales que le dan la razón al libro por el frente, por el costado y hasta por las tapas.
Un buen trabajo, que ha ido ascendiendo (estoy a tres capítulos de acabarlo) primero del WC al despacho, luego al salón, para acabar en lugar de privilegio: la mesita de noche, donde dejo los textos que me van apasionando e hipnotizando.
Y no es peloteo.
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