Una joya
Hay momentos en que este cascarrabias se serena. Son pocos, si, porque con tanto cabronazo suelto y sin bozal, uno va como un niño de charco en charco, pero cambiando "charco" por "gilipollas".
Pues bien, hay pocas cosas que van teniendo ese efecto benéfico en mi espíritu. De entre estas, los libros de cuatro o cinco autores. Y de ellos, uno solo es de fuera de nuestras fronteras y me hace olvidar mi aversión por la lectura de textos traducidos: Guareschi.
El mayor problema de amar la lectura de autores ya muertos es que siempre te quedas con el resquemor de saber que la fuente es finita y que cuando acabes con cuatro o cinco cosas que te quedan y guardas como tesorillos, sanseacabó.
Pero Giovanino... ahhh... entre que amaba tanto a la Pasionaria y a Nino que les permitió imprimir lo que fuera una vez fallecido, y los espabilados de terceros paises que recopilaban artículos y los imprimian... más que fuente parece un rio: el Guadiana.
Y uno se lleva pequeñas alegrias como esta, publicada en México.
Chincha, rabiña... Cristinita... ya te lo fotocopiaré.
Etiquetas: amigos, genios, mi casa: que pasa
2 comentarios:
Pbbbbbbffffffff algún día volveré a tu casa y saldré con algunas bolsas de más. En cualquier caso ahora leo poco. Me dejaron "La Catedral del Mar" y casi me da una embolia...
No me extraña.
Yo ahora estoy en una situación ambigua: por una parte, consciente de mi propia mortalidad, cribo mucho mis lecturas por la imposibilidad manifiesta de leer todo aquello que quiero leer... y por otra parte releo mucho. Llevo releyendo cosas desde noviembre.
Pero que puñetas... son cosas que me marcaron y que disfruté... y ahora las paladeo mejor, les noto más matices, más sabores.
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