Feliz jubilación

Hoy es día de jubilaciones en la universidad. Todos los que se jubilan, lo hacen al final de septiembre, para así no dejar colgadas las actas y similares.

Se jubilan los que por edad tocan y... los que la piden anticipada.

Uno de estos últimos es un buen amigo, un muy querido amigo, a quien no se (si, lo se, que cojones) si por razones políticas o diréctamente porque hay mucho hijoputa suelto por la universidad, ha tenido quebrantos de salud que finalmente le han aconsejado tocar retirada. Contra sus deseos, que le pedian seguir dando guerra, pero llega un momento en que una retirada a tiempo es una victoria.

La dirección de departamento, esa colección de cabritos, cabrones y cabronazos, ha decidido hacer un regalito a los que se van. Vale. Que buenos son, que suerte tenemos de que nos gobiernen. Al suelo, que vienen los nuestros.

Ayer me llamó mi amigo y me dio un recado. Me dijo que, como no iba a volver, diera un mensaje textual suyo.

Este es (paalbra más o palabra menos, que uno tampoco es un taquígrafo):

"Os abrís bien el ojete del culo y os metéis por ahí el regalo".

Como creo que se lo que es, se que se pincharan. Se lo tienen ganado.

Le han puteado (bueno... y a mi también, pero eso es otra historia) durante años, le han ninguneado, le han atacado... y ahora hipócritamente, quieren quedar bien con un regalito. Como aquellos que abandonan a los abuelos en las gasolineras y despues van al entierro llorando como plañideras.

H I P O C R I T A S

Un puñetazo les hubiera dado yo. Mi amigo es demasiado considerado. Que gustazo debe darle el poder irse dando un portazo y gritando "¡que os den!".

Y lo malo... es que lo envidio.