El Cascarrabias

En la vida civil no digo tacos, soy muy amable, mantengo la ética y el estilo hasta límites rayanos con la estupidez. Es el momento en que necesito desfogarme. Así, nace el gran cascarrabias. El gran cascarrabias o de como la vida moderna nos hace decir tonterias. Estas son las mias, dichas para mi mismo. Si te gustan, de acuerdo. Si no, pues tambien. Y si me insultas, tu más. Hago mia la frase de W.C. Fields: "Dicen que soy xenófobo. Se equivocan: odio por igual a todo el mundo"

martes, 26 de agosto de 2008

De vueltas por El Escorial


Me había propuesto no escribir nada en este blog durante el verano, para reafirmarme como vago con ventanas a la calle, pero ha pasado algo que me lo impide.

Me fui, con parienta y niños, a dar un garbeo por Madrid. Parada obligatoria, el monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Vale.

No pensaba tomar visita guiada, pero me dije... bueno, a ver que nos cuentan.

Nos tocó un friki de la historia, con más metal en la boca del que emplea un lampista en un mes. Y la verdad es que iba afinando bastante, sin salirse de los lugares comunes y dejando turulatos a estas generaciones de damnificados por la logse que nos rodeaban (impagable que, cuando nos mostraron el dormitorio de la hermana de Felipe II y nos indicaron el ventanuco por el cual seguía las misas desde la cama, uno gilipollas se extrañó de que fuera preferible ver una misa que la televisión.

Vale. Entra en lo normal. Hasta que bajamos a ese secadero de jamones, colección de ataudes en estación de metro que es ese panteón... y el tipo aquel va y suelta que Francisco de Asís estaba allí enterrado por ser el padre de Alfonso XII. Si el general Serrano levantase la cabeza lo majaba a palos por decir semejante chorrada de ese mariquita con miriñaques que meaba sentado, como todas las cortes europeas sabían. Aun así, perdonable... hasta que empezó a hablar ¡del espacio reservado a Juan III y como éste debió haber sido rey!.

Creo que no lo ahogué porque pensé que los imbéciles son una especie protegida. Cuando no me pude callar fue cuando, explicando que Juan Carlos ya no cabría allí, sería su descendiente, Felipe cuando fuera rey, quien decidiera donde iría. Mi estentóreo "espero que quede bastante sentido común en España para evitar tal cosa" tuvo un efecto curioso. Pero eso, es otro cantar.

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