La caixa del maligno

En ocasiones me habían hablado mal de la caixa, me habían llegado correos electrónicos advirtiéndome contra ella, del estilo de "si metes dos realitos en una de sus cuentas, España se derrumbará y tu suegra se irá a vivir contigo".

La verdad es que como ni era cliente de la caixa ni tenía la idea más remota de que fuera mi nuevo señor deudal (antes feudales con derecho a pernada, ahora deudales con la horca de la hipoteca), pasaba un tanto.

Hasta que esta mañana he visto en un escaparate de una de sus sucursales este anuncio ¡coño, si son el diablo!... el número de la bestia en exhibición pública, que poco recato y decoro.

Brrrr... que miedo, quita, quita... aun iré con ajos y un crucifijo a exorcizarlos.

La cocina

Un gilipollas inadaptado, para forrarse, solo tiene que llamar a la tortilla de patatas "deconstrucción de huevos con manzanas de tierra al aceite". O mezclar anchoas, caviar y porex blanco en un plato.

Ya no hay cocineros, los restauradores han dejado los muebles apolillados y se han pasado a los fogones.

A mi, la verdad, eso de que le llamen cosas raras a la cocina, o me den la ración que saciaría a un hamster por el precio que me costaría saciar a un batallón, me toca un poco los cojones.

Por eso, y recordando aquel día memorable en que un cretino intentó servirme un plato de "vaca madura" (y melocotones lechales, digo yo), cuando vi a Santi Santamaría despotricando contra esos aprovechados que se lucran de la idiocia del común de los mortales, casi beso la tele.

Si señor ¡por la tortilla de patatas! ¡por la paella! ¡a la mierda con ese atajo de robaperas que, encima, en un buen número, traga con el mal llamado impuesto revolucionario!

Cosas que hay que ver

El otro día, mientras hacía el tonto por casa (algo que es frecuente), mi mujer, que mantiene la teoría de que los televisores son para tenerlos encendidos, los veas o no, puso esa particular cadena que es "Popular TV".

Yo tengo un amigo que es más que católico, digamos catolicarra. Y este dice que solo escucha la COPE y solo ve esa TV. Yo le digo que en realidad es masoquista, porque a veces en esa emisora y esa televisión sueltan unas patadas al dogma que son de aúpa, pero bueno. No es una cadena de mis preferidas, vaya.

Pues bien, en uno de sus programas, donde parece que los invitados los sacan de la cola del supero o del cotolenguo más próximo, va y me encuentro con una "compañera". Profesora consorte (no sabemos como cojones hizo su marido para colocarla de profesora... bueno, si lo sabemos, pero mejor nos callamos, que no tenemos pruebas), con una capacidad docente un poco más baja que los pisapapeles que tengo en el despacho y con una pavisosa como ella sola (que no "sabe manera", puñetas).. en la pantalla de los obispos. Hay que joderse...

Aunque es natural. Esta es una opusdeina de las del sector euro (yo creo que en la Obra hay dos sectores: el sector Fe, los que están ahí porque se lo creen, gente mucho mejor de lo que yo seré nunca, y sector euro, los que están para pillar, para progresar con influencias. Malos bichos. Así, mi visión es que en la Obra hay poca gente normal: o se es un santo, o un cabrón con pintas). El escaparate era bueno para piar.

Eso si, cuando la presentaron, dijo que "A mi presentarme como esposa o madre de familia, no como profesora". Mira por donde, tenía razón. Como profesora es impresentable. No vale un pimiento.

Si yo fuera rumano...

Si yo fuera rumano, me esperaría a robar, a reventar pisos, a cuando retransmiten partidos de futbol codificados. Las casas se vacían, y todos se van al bar, a llenarlo todo de humo y mala baba.

Seguid así, seguid así. Mientras vaciais el cerebro, puede que os vacien la casa. Y si no, los políticos vacían vuestra alma.

Valientes capullos. Mientras no os falte el partidito y el carajillo ¿que más da que os exploten? ¿que más da que todo se vaya a la mierda?. Seguid rumiando, que mientras tanto ya se derrumbará todo a vuestro alrededor.

Los turistas y sus maquinitas

Hay que joderse con la patente de corso que tienen los guiris para liarse a fotos. Y no se te ocurra pasar por medio de la sesión cuando, después de media hora haciendo el capullo posando, decide el gilipollas de la máquina apretar el disparador ¿es que te he cojdodo la foto? ¡pues te jodes, capullo, que para eso es digital y la puedes borrar!.

Vamos a ver... vienes a mi ciudad, te ligas a mis vecinas y te bebes mi cerveza ¿y encima te haces el dueño de la calle? ¿y me prohibes que pase por mi ciudad?

A la cola, membrillo.

De videos

Que youtube esta de moda, ya lo sabemos. Principalmente por los cuatro niñatos hijos de puta que se divierten grabando a un deficiente cascarse el cráneo con un adoquín y luego subiéndolo. Lo que ya no sabíamos es que las imitaciones llegaran tan lejos.

Y es que un vicerrector modernete, o vaya usté a saber quien, ha parido una idea plagiosimpática: el politube.

La premisa de partida no estaba mal: un espacio donde los profesores colgaran vídeos docentes, los alumnos prácticas, etc.

Claro que la cosa pintaba mal cuando uno de los primeros vídeos que se subieron fue el de una alumna de bellas artes enseñaba las tetas (y no, no tengo nada en contra de las tetas, y menos si son tan hermosas, pero no era el sitio adecuado).

Pero ahora resulta que el vídeo más visto, es un montaje hecho con imágenes de la primera cadena (tírenla siempre después de defecar), donde Manolo Torreiglesias (que buen conductor perdió la radio y que tostón ha ganado el ente) ve puesta en su boca una apología de la masturbación.

Cosa simpática para youtube, pero que cuando el vicerrector lo vea, y en la posición donde está, en su plataforma, en máquinas que el paga, con recursos que cuestan una pasta... los cojones se le caerán al suelo y llegarán botando hasta la sede de youtube.

Puede que el lunes ya no esté. Estas cosas hay que veras rápido.

La profesora lamebotas

Siempre ha habido marionetas del poder. Con Franco, la memoria popular recuerda una universidad enfrentada, con profesores augustos en la cárcel. Y una mierda, queridos, os creéis todo lo que os cuentan. Muchos de los que se colocaron la medalla del 68 y que incluso antes fueron a la cárcel, tienen escritos completos laudatorios, de Franco, de José Antonio e incluso en casos, del mismísimo tío Adolfito Hitler. Simplemente se olisquearon, con ese olfato de perdigueros del chaqueterismo, el cambio. Y tuvieron un error de cálculo y pensaban que vendría antes. Pero si Franco hubiese sido de plexiglás, hubiéramos visto como hoy, algún viejo profesor y otra ralea escribiría laudatios al poder... sea el que sea el poder.

En una universidad de una ciudad muy mediterranea donde se hacen unas paellas deliciosas, y mira que no quiero señalar, existe una catedrática que se ha hecho un nombrecillo en su área, que también por no señalar era un área donde antaño primaba Aristóteles, mayormente plagiando y mal traduciendo cuatro porquerías alemanas que aquí no había leido aun nadie. bueno, traduciendo uno de sus becarios, que tienen la fortuna en su caso de no ser de la modalidad Lewinsky (que ajco, ese conejo debe atufar).

Pues bien, esa poco agraciada moza sale ahora, dada su preeminente nombre con buen puesto de partida, a favor de esa manipulación curiosa que es la asignatura para la educación en la ciudadanía (¿que coño ciudadanía?. Si no quedan ciudadanos, todo lo más consumidores de El Corte Inglés). En realidad le está pasando la lengua por las botas a Zapatero. Esa, quiere ser decana. O rectora. ¿O se dirá rectriz?. Da igual... hace años que los rectores dejaron de ser magníficos para convertirse... en lo que son.

Si mañana hubiera o hubiese un golpe de estado, por parte de cuatro militares fanfarrones dispuestos a desempolvar pasos coreográficos pasados de moda, o por parte de alguien con dignos deseos de salvar a la patria, esta moza se desviviría escribiendo un tratado que les diese autoridad ética.

A la mierda.

El retorno

Llevo mucho tiempo callado. Y no por falta ganas de hablar, sino de tiempo. Tiempo que me falta para tener calma y escribir, pero que por otra parte me va acumulando mala baba. Baba que si me sigo tragando... me envenenaré.

Va siendo hora de volver a proclamar la sodomización de taxistas como un arte noble y fecundo. Desempolvar los sanbenitos y colocárselo a tanto pijo retroprogre que va suelto, con olor a sobaquina y loewe a partes iguales. A ese gilipollas que me mira mal detrás de su móvil de megalujo, con doscientas funciones de las que apenas sabe gastar cuatro, sin contar con la de mandar sms´s a los concursos de esa mierda que otros llaman televisión.

Es la hora. Que os den.